viernes, 7 de octubre de 2016

CONCEPTOS FUNDAMENTALES EN SAN AGUSTÍN

Resumen

En este documento busco esclarecer las nociones que da San Agustín a los conceptos de fe, Verdad, conocer e intento descubrir de qué forma se distancia de las posturas principalmente platónicas. De forma tal que, para él, la fe es un don que faculta al ser para poder comprender a Dios de manera individual y personal. La verdad para san Agustín coincide con la idea y con Dios porque hacen parte del mundo eterno, intangible, e inmutable. Conocer implica un proceso mediante el cual el alma humana que esta presa en el cuerpo consigue en su interioridad la iluminación de Dios, para conocer las ideas. Y de esta forma ver que Dios es el soporte de las ideas.














El Papel de la fe y la razón en San Agustín de Hipona

El hombre tiene como parte de su naturaleza el curiosear acerca de las cosas que le rodea. Anhela por necesidad conocer, saber, desea conocer qué son las cosas. Realmente le importa conocer la verdad, no quiere, o mejor, no le agrada toparse con la mentira.   Este deseo de conocimiento y saber, podríamos denominarlo como una elaboración ordenada que pretende dar una justificación acerca de la forma en que se concibe el mundo, de su forma de relacionarse con él, de sus creencias en él y con él, y en la que el hombre logra conseguir el conocimiento bien sea por medio de las opiniones acerca del mundo, o por el camino de la episteme que, en palabras de Platón, lo llevaría al conocimiento de las ideas.
              Esta construcción o elaboración ordenada que busca dar respuestas a las cuestiones de fe y razón propias de la Edad Media, poniendo a la segunda al servicio de la primera.  muestra en el pensamiento de San Agustín, como veía el mundo, su relación con él. Es de considerar que, para él, existen dos grados o niveles de realidad. En esto demostramos la similitud en el pensamiento Platón. Para quien existe dos mundos, el sensible y el inteligible o de las ideas. El mundo sensible es el mundo de las cosas finitas y particulares, que se llena de reflejos o copias de las ideas, el hombre las conoce por medio de los sentidos. El mundo de las ideas es el de la eternidad, modelos o arquetipo y es conocido por la razón del hombre. Conocer para platón se trata de poder llegar al mundo de las ideas por medio de la abstracción.
              El hombre conoce el mundo eterno por el alma, sino que, al nacer, se olvida del mundo de las ideas. Entonces Platón sugiere que por medio de la reminiscencia ella, presa del cuerpo recuerde su conocimiento antes de estar sujeta al cuerpo. De acuerdo a la cita empleada por Antéseri y Reale (2007) San Agustín parece no estar de acuerdo con que el alma pase por un proceso de recordación del mundo de las ideas. Acerca del concepto de reminiscencia de Platón, podemos decir que es un camino del alma para llegar al conocimiento verdadero de las ideas. El alma que, según Platón, antes de caer presa accidentalmente en el cuerpo del hombre, ya conocía el mundo inteligible, para liberarse del cuerpo necesita “recordar ese conocimiento anterior del mundo eterno. Para San Agustín, la verdad se explica por la presencia de Dios que ilumina el alma humana, que para conocerle debe ser: pura (Reale, 2007).
              Juntos asumen una realidad cambiante, creada finita, gobernada por los sentidos y donde el conocimiento no es de fiar, y una realidad superior, inteligible a la cual se llega por medio de la razón y en la que el conocimiento de la Verdad es posible, pues se conoce las ideas en esencia.
              El concepto acerca de hombre en Platón, está compuesto de alma y cuerpo, siendo este la cárcel de aquella.  El alma que se une al cuerpo de forma accidental y es, ante todo, inmaterial, incorruptible, eterno. Mientras que el cuerpo es, material, finito, corruptible. En cambio, en San Agustín, el hombre tiene tres partes y no dos como en Platón. Se trata del cuerpo y alma, conceptos similares a los del griego, pero asume que también es dueño de espíritu.  En cuanto al cuerpo comparten el rechazo, pero con el alma humana hay que decir que San Agustín, la tiene como el punto de encuentro con Dios, y por medio del alma racional es que se distingue del resto de la naturaleza (Gilson, 2007, pág. 121).
              Según (Svensson, Scientia y sapientia en De Trinitate XII: San Agustín y las formas de racionalidad, 2010) en el pensamiento de San Agustín  existe una evolución en la que primero hace una dicotomía del alma en dos partes: racional e irracional.  para poder explicarlas, lo hace por medio de una alegoría en la que muestra a la mujer como anima y al hombre como espíritu. No se trata de poner diferencias entre uno y otra, sino que consiste en la explicación de dos habilidades (partes) del alma contemplación y administración. Contemplación de las ideas que, como ya dijimos, son eternas, inmutables y necesarias, sabiduría que hace referencia al conocimiento teórico; Administración de las cosas sensibles que son cambiantes, contingentes y no necesarias o temporales, ciencia, de conocimiento práctico. (P.90).
              Dios, en palabras de San Agustín es: “La Luz interior”, que ilumina el camino interior del hombre para que conozca la verdad.  La razón conoce las cosas temporales por medio de los sentidos y las inmateriales por medio de la iluminación de Dios que está presente o se descubre en la interioridad del hombre.(Svensson, Scientia y sapientia en De Trinitate XII: San Agustín y las formas de racionalidad, 2010) La verdad consiste en la presencia de Dios que ilumina nuestra alma y su descubrimiento se da en la interioridad y requiere de una actividad del alma donde Dios construye e instruye.
San Agustín, a diferencia de los escépticos que pensaban no se podía conocer la verdad con certeza, piensa que si es posible. Para él, es necesario partir de la fe lleva a creer y esto la conduce a entender lo que no es temporal para llegar a la explicación del mundo temporal. (Svensson, 2011) Por tanto, recurre a la teoría de la Iluminación según la cual Dios vendría a ser la luz que permite al alma conocerle por medio de la contemplación.    Las ideas en Platón, son eternas y viven el mundo inteligible. Para San Agustín, las ideas son como arquetipos o razones eternas que dan sustento a todas finitas y están en la mente de Dios creador que las sostiene.
              La Razón es una facultad que conduce al conocimiento. La inteligencia encuentra y conduce al hombre al entendimiento de las cosas eternas y la fe busca comprender por medio de la fe, las verdades iluminadas por Dios en el interior del Alma humana. Dios ilumina, pero lo que el hombre conocer no son las ideas en esencia, sino que se trata de unos reflejos que de alguna manera se acercan a la realidad Eterna de Dios, que se revela además como la medida superior de todo y de orden (Reale, 2007, pág. 161). Conocer a Dios es conocer al mismo hombre en su interioridad.
              Razón y fe entonces pueden ser considerados como dos caminos que conducen a la Verdad, se exige la necesidad de que coincidan, pero en caso contrario, se lleva a considerar este hecho como un error de la razón por lo que se ha de seguir a la fe mientras se logra reconciliar una con la otra. Por tanto, el saber teológico de Agustín es más importante que el saber filosófico. Considera una relación entre ambas.
              El método de conocimiento de San Agustín se basa en dos partes.  La colaboración entre fe y razón, por medio de la cual es racionalmente posible creer, la razón indica al hombre que debe tener fe, porque es capaz de entender las realidades eternas e infinitas, que los sentidos no logran comprender. El segundo consiste en que el hombre se vuelva sobre sí mismo para que en su interior sea capaz de hallar la verdad, que está dentro de sí.
              San Agustín, consideraba que entonces el hombre actuaba o hacia el mal, como una privación del bien.  Es decir, que el mal no es una realidad, sino que es más una ausencia del bien, por lo que el hombre no sabe qué es el bien y por tanto actúa de forma errónea.
              Al encontrar la verdad de si, se dio cuenta de que existe, vive y conoce y lo que sabe es que hay una realidad que ilumina su camino a la verdad llamada Dios. Las cosas necesitan para san Agustín de una realidad superior que las sustente, que sea eterna e inmutable, pero en lugar de las ideas, pensara que se trata de Dios. 


      


Referencias

Gilson, E. (2007). Historia de la Filsofía Medieval . México: Gredos.
Reale, D. A. (2007). Historia de la Filosofía. Bogotá: San Pablo.
Svensson, M. (2010). Scientia y sapientia en De Trinitate XII: San Agustín y las formas de racionalidad. Teología y vida, Vol LI, 79-103.
Svensson, M. (2011). Fe y razón en el campo práctico-político. Un estudio desde la correspondencia en San Agustín con Autoridades Públicas. Teologia y vida, vol LII , 229-244.






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