Filosofía Antigua / Historia de la Filosofía Antigua
Ficha
de lectura
Nombre del
estudiante: Milton
Guiovany García Díaz
Ficha bibliográfica:
Autor: W C Guthrie
Título: Historia de la Filosofía griega
Datos bibliográficos: Editorial Gredos, Año 1993.
Objetivos:
Identificar las principales ideas de Parménides acerca
del ser y su idea de la verdad establecidos a partir de su poema. Al mismo
tiempo, se trata de conocer las diferencias establecidas acerca de los
problemas epistemológicos estudiados por Parménides y sus sucesores.
Tesis:
El ser es eterno, inengendrado e
imperecedero
El ser como continuo e indivisible
El ser es inmóvil y no excede los
límites
Llegar a ser, el cambio de lugar y
cambio cualitativo son expresiones vacías
La forma del ser es como un balón
Sustentación:
El ser es eterno, inengendrado e imperecedero
De lo que no es no puede nunca
surgir lo que es y la vía del no ser es improbable y no es confiable y digna de
seguir para llegar al conocimiento de la verdad. (Guthrie, p.40)
El término adoptado por Guthrie
(1993) (ésti) designa lo que de manera cotidiana el hombre emplea para nombrar
a lo que existe (p,42). Pero además aclara entre dos acepciones del término. A saber,
el nominal y el existencial de forma que:
“Parménides propugna que este significado propio es la
existencia y apoyándose en este supuesto extrae una serie de conclusiones que
socavan la concepción universalmente aceptada del mundo real… es eterno,
inmóvil, uno y continuo y el pasado y el futuro carecen de sentido para él”
(p,42)
Para demostrar la característica del
ser como inengendrado Guthrie (1993) plantea que Parménides formula el
postulado de que lo que no es no puede ser adjetivado y que lo que no es
posible que algo sea generado o creado a partir de la nada, no existe, porque
todo lo que existe en la realidad el ser a pesar de la experiencia que se
presenta diversa y cambiante a los sentidos.
La imposibilidad de que la realidad sea variada y
cambiante para Parménides no es una posibilidad debido a que el ser es y la
nada no es, por lo cual solo puede haber un ser único. Si hubiera varios seres
entre ambos existiría entre ambos cabría la posibilidad de que la nada fuera,
pero la nada no es, con lo cual no puede considerarse que exista una diversidad
de seres. Pero, además, el ser es increado. Si lo fuera, antes de ser creado
existiría la nada, porque “es imposible que lo que es no puede haberse originado
partiendo desde los límites de lo que no es. Por lo que lo real además de ser
eterno, es único” (Guthrie 1993, p.44).
Aristóteles acota el dilema de la
multiplicidad de las cosas afirmando que: lo que es no deviene, pues ya es y
nada pudo llegar a ser a partir de lo que no es (Guthrie 1993, p.44). El ser
debe ser eterno, increado, es decir que el cambio no está contemplado para la
realidad del ser. No puede ser una cosa y mutarse para convertirse en una
nueva.
La realidad eterna y una, no puede ser
nunca la gestora de un cosmos variado (Medina ,1993). Aun cuando la experiencia
sensible nos demuestra la existencia de muchas cosas, la mente no demuestra que
solo hay una realidad, el ser. De esta forma, Guthrie (1993) afirma que:
El ser como imperecedero es demostrado a partir de la
afirmación del ser y la negación al no ser, pues si no fuera, principio y fin
sería cualidades que le acompañan, y si los tuviera implicaría que la nada
antes o después de este marcaría los límites del ser, lo cual no es aceptable a
los ojos de Parménides” (p,43).
Dos son los caminos en los que el
hombre se encuentra para conducir su vida (sensible y el inteligible) y
Parménides considera que solo el del ser es el que conduce al reino de la diosa
que le conduce y le da a conocer la verdad (Guthrie, 1979). Para él las dos
vías son el ser y el no ser, siendo aquel el camino para llegar al conocimiento
de la verdad. Solo existe el ser, el no ser no es posible. Parménides establece claridad acerca de los
conceptos sensible e inteligible, tiempo y eternidad, eterno y perdurable es
considerado como uno de los logros más sobresalientes de Parménides. Las cosas
particulares, percibidas por los sentidos son solo opiniones o ilusiones de los
sentidos. Pero cuando hablamos de la categoría del ser como eterno, pasado y
futuro son conceptos que no encajan en el campo de la eternidad que Platón le
adeuda a Parménides:
“La mayor madurez de pensamiento de Platón y sus
expresivos dificultan valorar adecuadamente su deuda con el hombre que tuvo,
por vez primera, la clarividencia intelectual
de decir “de lo que es”: «No fue en el pasado, ni deberá ser aún, puesto
que ahora es, todo a la vez.» (Guthrie 1993, p43).
El ser como continuo e indivisible
Las ideas de Parménides respecto a
las ideas de Heráclito parecen estar en oposición. El primero, alaga la
facultad que tiene la mente para hacer presentes las cosas lejanas lo que los
sentidos no pueden hacer ya que estos solo son capaces de conocer lo que se les
presenta en la experiencia, por lo que solo perciben realidades equivocas. Pero
en Parménides la realidad consiste en un todo único y continuo, que no depende
de otras cosas y no ha sido creado. (Guthrie, p.46).
La continuidad e indivisibilidad
radica en la decisión entre el no ser y los grados del ser que en palabras de
Guthrie (1993) al considerar que Parménides establece un continuo
indiferenciado que se basa en la idea de que todo está lleno de lo que es y
supone la ausencia de vacío entre alguna de las partes. Pero suponiendo que el
ser tuviera partes, entonces, existiría la nada, pero como nada es no ser
entonces, solo queda al pensamiento conducirse por la idea que el ser carece de
parte alguna, que está fuera de los conceptos de cambio y tiempo.
El ser es inmóvil y no excede los límites
El ser no tiene principio ni fin y
no se mueve, permanece estable y firme. Se trata entonces de que tanto el
movimiento como el cambio no son posibles para el ser en Parménides, pues las
cosas al cambiar pasan a ser otra diferente y no pueden ser sujeto del
conocimiento. El movimiento no es posible, porque el paso del ser a no ser, implica
un movimiento, un estar sujeto al cambio, al ir de un lugar a otro, lo que
Guthrie (1993) denomina como la imposibilidad de kínesis (p.50) refiriéndose
con ello a la necesidad que tiene el ser como inmóvil. Si fuera móvil, tendría
cambio o movimiento lo que va en contra del ser. De esta forma Guthrie (1993)
considera:
Pero, inmóvil en los límites de poderosas cadenas, es
sin
principio ni fin, porque el llegar a ser y el perecer han sido apartados
muy
lejos y la fe verdadera los ha rechazado. (29) Permaneciendo lo mismo
en el
mismo lugar, yace sobre sí mismo y, así, permanece firme donde está;
ya
que la poderosa Necesidad lo tiene en las envolventes cadenas que lo rodean
por
todas partes, (32) porque no le es lícito a lo que es poder ser incompleto;
ya
que no se encuentra en situación de carencia; pero no siendo, carecería
de todo.
(p,48).
“Su lógica llevó más adelante aún el
concepto de movimiento y cambio y le negó validez en todas sus formas” (Guthrie,
1993, p.51)
Lo
que tiene límites es incompleto y la realidad no puede serlo, entonces el ser no tiene límite alguno. Este
pensamiento tuvo gran importancia en Platón, evidenciados por Guthrie (1999) en
dos ejemplos: el Fedón en el que el hombre está en potestad de conocer la
realidad no cambiante (el ser) únicamente con la mente; el Timeo en el que la
forma de conocer se da por medio de la mente y el raciocinio (p.53).
Llegar
a ser, el cambio de lugar y cambio cualitativo son expresiones vacías
Es imposible pensar que no haya pensamiento
sin objeto que exista. El sujeto aprehende algo existente, que faculta el
pensamiento, de forma tal que, por la inexistencia de él, el pensamiento no
sería. El pensamiento exige la existencia de lo real para lleva a cabo su
realización, desarrollo o expresión.
Llegar a ser, ser creado o parecer implican un
movimiento, un cambio de cantidad o cualidad, lo cual en términos de Guthrie (1999)
son cambios imposibles para lo que es el ser.
El hombre ha nombrado el ser de forma equivoca y no significa nada más
que el ser, solo es una representación sin significado o equivalencia del ser,
lo cual no implica que exista un conocimiento de este, pues son referencias
hechas al mundo de la experiencia que no pueden emplearse para designar un objeto
real. (p.55). (Guthrie, 1993)
La
forma del ser es como un balón
No se
trata de que el ser posea una masa física, sino que se trata de un simbolismo,
un lenguaje metafórico para explicar por qué el ser permanece inmóvil en
términos de Guthrie (1999) se trata de: “que la realidad se compara con una
esfera, simplemente porque no hay nada verdadero de la misma en un punto o en
otro que no sea verdadero en cualquier otro lugar” (p59).
Guthrie (1999) cita a Platón en el Teeteto para
demostrar hace referencia a que el ser permanece dentro de sus límites porque
carece de espacio y tiempo para tener movimiento.
La idea de
la redondez o esfericidad del ser es una idea que nutre las ideas de occidente.
Ejemplos de ello son citados por Guthrie (1999): para los griegos causaba
asombro el hecho de que una el circulo volviera sobre sí, Alcméon veía una
conexión con la vida, otros la relacionaban con la perfección. Desde Platón y
Aristóteles, hasta Copérnico, la ideas acerca del cosmos eran influenciados por
esta idea de la esfereidad (p,61).
Comentario
Personal
Es claro que el problema
epistemológico planteado por Parménides acerca del ser consiste en demostrar
las características de la realidad ontológica y desde ese campo, los principios
lógicos como el de identidad y de no contradicción, según los cuales estoy de
acuerdo, marcan una posible pauta para determinar la viabilidad de su
demostración acerca del ser. Desde luego, estos principios considero que son
bien formulados por este pensador, pues, no en vano, sus ideas han tenido una
influencia marcada en la historia y son varios los pensadores que quizás tienen
como fuente a Parménides.
Cabe aclarar que la obra aquí
estudiada data de una parte de la historia en la que la “ciencia” y el
pensamiento estaban centrados principalmente en asuntos y campos diferentes a
los modernos. Sin embargo, con temor a errar considero que en juntas época los
hombres buscan responder a los interrogantes de cada época, aun cuando se
traten de objetos diferentes. A saber, Parménides buscaba demostrar el ser que
se caracteriza, como hemos estudiado, por ser único, inmutable, eterno, como
algo que no está sujeto a las categorías de espacio y tiempo, sino que es capaz
de permanecer. En cambio, la ciencia moderna, según mi parecer, busca por un
camino, no insensato desde los postulados permeneidianos, sino más bien algo
más lento y arduo para el hombre, llegar al conocimiento de aquello que sea
permanente en espacio y tiempo dentro de las teorías de su objeto de estudio.
Bibliografía:
García, J. D. (1979). Los presocráticos.
México: Fondo de cultura económica.
Guthrie, W. K. (1993). La historia de la
Filosofía griega. Madrid: Gredos.
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